sábado, 12 de noviembre de 2016

CON-VIVIENDO ESCOLAR-MENTE

Se me ha ocurrido hacer una breve presentación con los elementos básicos que, a mi entender, deben conducirnos a un modelo inclusivo y, por consiguiente, lograr la mejora de la Convivencia Escolar.


Si nos encontráramos inmersos en un sistema educativo perfecto, el curso de Convivencia Escolar no tendría razón de ser, ni hablar de integración, ni de inclusión, ni de diversidad funcional, ni de adaptaciones, ni de tantas “dolencias” que nosotros mismos hemos creado para después combatirlas.
Si nos encontrásemos en un sistema educativo perfecto la prevención primaria sería la única necesaria y existente; la secundaria y terciaría sólo podrían darse en un sistema educativo imperfecto, un sistema en el que la familia advierte del acoso al que es sometido su hijo y nadie hace nada hasta que la noticia se hace eco en los medios y ya alguien decide “hacer algo”.
En esta ocasión se nos pide dos o tres argumentos que justifiquen avanzar hacia un modelo inclusivo; pues no sabría por dónde empezar… Y no es por falta de argumentos, sino que se agolpan a borbotones en mis dedos de forma que mis manos escriben atropelladas intentando reflejar el sinfín de ideas que abarrotan mi mente. Me sobran los argumentos y, por supuesto, me sobran los titulares:


¿Cómo es posible que una criatura de pocos años esté ya cansada de vivir? Prácticamente acababa de comenzar a vivir y esta sociedad no supo escuchar, no pudo escuchar, no quiso escuchar… Se me corta la respiración ante la cantidad de sufrimiento que deben soportar tantos niños y tantas familias día tras día.
La inclusión es necesaria, imprescindible, el único camino viable para lograr infancias felices y adultos adaptados. Considero que, a estas alturas, la causa y origen de los conflictos ya está localizada y, por tanto, debería ser capacidad de prevenirse.
En mi labor profesional, ante sospechas de una situación que pueda desencadenar un conflicto, suelo explicar a los adultos implicados que es mejor pre-ocuparnos que ocuparnos y es en este sentido en que abogo por un carácter preventivo. La educación en valores y en búsqueda de soluciones desde una infancia temprana, además del ejemplo de un adulto asertivo y resiliente, son pilares fundamentales para que nuestros niños y adolescentes crezcan en un clima donde los conflictos escolares no tengan cabida. 
Siempre me ha encantado el proverbio africano "Para educar a un niño hace falta una tribu entera" y, a día de hoy, nuestra sociedad, lamentablemente, no lo está haciendo tan bien como podría.
Uno de los aspectos fundamentales para lograr una adecuada convivencia escolar es que seamos conscientes del gran poder que determinadas personas pueden llegar a ostentar y la importancia de mostrarles las consecuencias de sus actos y la responsabilidad de que éstos no sean abusivos ni dañinos. En este sentido, tanto a niños como a jóvenes les explico que todos tenemos determinados "superpoderes" y que nuestra forma de usarlo es nuestra elección, por lo que todos nos enfrentamos ante situaciones en las que decidimos si queremos actuar como héroes o como villanos. A partir de ese, puede abrirse un diálogo basado en pros y contras para ocupar el pellejo de cada persona y las consecuencias que tanto para nosotros como para los demás puede conllevar nuestra elección.
Mi sueño, entre otros, es que mi centro (y todos) participase comunitariamente; éste sería el  mayor reflejo del logro de una sociedad inclusiva, ¿cómo vamos a trabajar dentro del centro la inclusión si ya éste mismo no se coordina adecuadamente con el resto de agentes de la comunidad educativa?
Cierto es que podemos comenzar a debatir si la responsabilidad del proceso enseñanza-aprendizaje recae sobre los hombros de los profesores, de los padres, de los propios alumnos...; también sería interesante cuestionarnos dónde y cuándo nacieron los primeros "ni-nis", seres tan repudiados y a su vez alimentados por nuestra tolerada hipocresía social. ¿Acaso es culpa de nuestros adolescentes desear convertirse en "tronistas" de mayores? según ellos, tienen todo lo que puede desear una persona con dos dedos de frente (está claro que usan esta expresión en sentido literal; a saber dónde han dejado el resto de dedos): fama (salen en televisión), dinero sin trabajar, ligan con quien les apetezca (se refieren al rebaño, pero les es suficiente; los borregos no suelen fijarse en otras especies) y salen de fiesta todo lo que les da la gana.
Todos y cada una de las personas que rodeamos a los bebés/niños/jóvenes somos responsables de lo que piensan, sienten y desean y todos y cada uno de nosotros podemos hacer algo al respecto, aunque sea en pequeña medida pues muchos pocos hacen un mucho.
En toda lucha existen dos bandos con sendas banderas; en este caso, aunque haya quien crea que somos profesores contra padres, adultos contra jóvenes, la lucha es la de personas contra la ignorancia; la ignorancia nos lleva a dañar a otros seres humanos, a hacer que los niños sean competitivos, a menospreciar su imaginación, a restar importancia a sus preocupaciones, sueños y anhelos… Habrá padres desconfiados, profesores arcaicos, direcciones reticentes, pero también contamos con AMPAs dinámicas, profesores reciclados, alumnos motivados y proactivos; puestos a hacer un análisis D.A.F.O., contamos con más fortalezas que debilidades y a cada problema encontrado podemos hallar una solución.
El cambio está en nuestra mano, en nuestros corazones; tan sólo es necesario que llegue a las aulas, a los pasillos, a las calles, a nuestros hogares.
La plataforma de pensamiento y debate sobre el presente y futuro de la educación de la que forman parte 20.000 expertos de 149 países denominada Iniciativa WISE se atreve a vaticinar que en el 2030 no se agrupará a los alumnos por edades ni existirán los exámenes. Para llegar a esta conclusión se basan en las tendencias detectadas, los cambios en seguimiento y las predicciones efectuadas en el WISE Summit, el encuentro mundial de innovación educativa que reúne cada año a miles de expertos. Consultando el siguiente enlace podemos comprobar que nuestro tejado va a proteger de las inclemencias la educación que todos merecemos:

Todas y cada una de las A.A.E. (Actuaciones Educativas de Éxito) son enriquecedoras y necesarias; en mi caso, teniendo en cuenta mi sueño de “deseo que mi centro participe comunitariamente”, me decantado por comenzar por la creación de una Comisión Mixta. Desde mi punto de vista, es una de las mejores formas de organización de las Comunidades de Aprendizaje, no sólo porque integra a todos los agentes educativos sino porque, además, el liderazgo compartido implica la participación democrática de todos ellos. En cierta medida, permite que los adultos funcionemos de forma ordenada y supone para nuestros pequeños y jóvenes la oportunidad de “ensayar” sus interacciones en una microsociedad de cara a su futura adultez.
Para implementar la creación de una Comisión Mixta debemos tener en cuenta diferentes elementos que garanticen o, al menos, que nos acerquen todo lo posible, a la consecución de nuestro objetivo: lograr la mayor implicación de todos los agentes y que cada uno tenga claro cómo y cuándo tendrá que llevar a cabo su misión específica.
De forma temporal, desde el Departamento de Orientación, con apoyo de algunos padres proactivos y profesores motivados, se creará una comisión temporal encargada de definir las actuaciones que llevarán a la creación de la Comisión Mixta; dichos miembros se integrarán en la comisión definitiva una vez ésta esté en funcionamiento.

Ciertos es que algunos profesores serán reticentes y algunas familias mostrarán su desconfianza (dificultades detectadas), de ahí que debamos ganarnos el apoyo de los dirigentes del centro.
En primera instancia, se realizará una presentación al Equipo Directivo explicando cuáles son los pasos a seguir para crear la comisión, los agentes implicados y la función de éstos, y, sobre todo, argumentar la forma en que el centro “ganará” apoyando y participando de este ambicioso proyecto.
Una vez el equipo directivo esté informado, se acordará con el mismo realizar una convocatoria para profesorado y personal no docente (pueden hacerse dos turnos para facilitar dicho encuentro) y se explicará, acompañando nuestros argumentos de un breve vídeo, en qué consiste y cómo se trazará su creación y funcionamiento.

Para suscitar la curiosidad e interés de todos los implicados, incluidas las familias, se colocarán con antelación los carteles creados para ello y se dejará en secretaría el tríptico informativo al que se alude en la actividad anterior.
Considerando el interés de la AMPA por colaborar y participar en las iniciativas que mejoren la convivencia y la calidad de vida de todos los alumnos, en su lugar de encuentro se habilitará un rincón de información con una hora semanal de atención al público. Además, se les facilitará el enlace al vídeo explicativo y éste será colgado en la web/blog del AMPA.
También nos pondremos en contacto con instituciones del entorno para informar de nuestra iniciativa y favorecer su implicación en la misma, facilitando tanto el visionado del video como la distribución de los trípticos informativos.
Cada tutor dedicará varias sesiones de tutoría para informar y formar a los alumnos, además de comenzar a delimitar los que más interés muestren en el proyecto y puedan formar parte de la Comisión Mixta.

Una vez se hayan delimitados los agentes, las funciones y la temporalización de las actividades, se procederá a la implementación del Modelo Dialógico de Prevención de Conflictos y a continuación a la creación de la norma, teniendo en cuenta los 7 pasos.


Ni que decir tiene que durante todas las fases se mantendrá una actitud de escucha y empatía, favoreciendo la confianza de los implicados y teniendo en cuenta cualquier propuesta, sugerencia, crítica constructiva y deseos de mejora.


Para finalizar, retomando el tema que nos ocupa, el de la inclusión, destacar la importancia de valorar a cada uno desde su idiosincrasia, desde sus características personales, adaptándonos a su realidad, y ello no será posible agrupando a los niños por fecha de nacimiento, colocándolos en el aula dándose la espalda unos a otros y recortando el mismo patrón una y otra vez siglo tras siglo. 
Pink Floyd ya hizo su advertencia años atrás: Ey, teachers, leave the kids alone!
No propongo escucharles de forma literal pero sí un cambio de paradigma adaptándonos a los tiempos que corren. 

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