A medida que perfilo mi trayectoria profesional, reciclo mis conocimientos y dedico mi escasa energía sobrante (la que me queda tras trabajar en el cole y en casa, atender y disfrutar de mi familia, gestionar y participar en la asociación para la que soy voluntaria...) a leer, contrastar y reflexionar sobre la educación, la enseñanza, el aprendizaje, el desarrollo, la integración, la inclusión, la diversidad... más convencida estoy de que no podemos seguir así.
Soy maestra, psicóloga, madre, amiga de madres y padres, trabajo como orientadora en un colegio... y me cuesta comprender cómo, a pesar de la cantidad de información de la que disponemos, no haya semana que no escuche comentarios en la línea de:
- Deja que llore, que como le acostumbres a brazos, sólo querrá brazos.
- ¿A quién no se lo han hecho pasar canutas en el cole? y aquí estamos, vivitos y coleando.
- Un par de bofetadas a tiempo es lo que necesitan estos niños.
- Esa niña es un demonio; no deberían dejarla estar con otros niños.
- Da igual que me oiga llamarle "empanado", si está todo el tiempo a uvas.
- Solemos llevar prisa, así que prefiero darle de comer y vestirle yo, que él tarda mucho.
- ¿Qué se ha creído este mocoso?, como si pudiera opinar.
Me encantaría regalar una camiseta a cada niño/a que vea, en la cual pusiera "Dame una infancia que no tenga que superar". Me cuesta comprender que nadie cuestiona la importancia de ayudarles a leer, escribir, vestirse, cepillarse los dientes..., pero pocos adultos contemplan la opción de ayudarles a reconocer sus emociones y las ajenas, supervisar y acompañarles en situaciones en las que puedan hacer uso de habilidades sociales como la asertividad y la resolución de conflictos.
En fin, he estado a punto de continuar con otro tema que se encuentra en íntima relación con el anterior, se trata del suicidio; y es que,aunque se da en adultos con gran sufrimiento en su adultez, también se da en adultos que tuvieron gran sufrimiento en su adolescencia y niñez.
Regresando de lleno al tema que me ha traído a estas líneas... sólo me queda decir que debemos abandonar el Siglo XX (mentalidad, metodología, costumbres, tradiciones, carencias...) para que aún exista una sociedad que pueda alcanzar el Siglo XXII.
Flipped Classroom es un Modelo Pedagógico que permite posibilitar ese cambio, esa apertura, esa esperanza vital de crecimiento y enriquecimiento, de forma que el aprendizaje recobre su inherente naturalidad y prepare a nuestros jóvenes para la vida, para una vida digna repleta de valores de convivencia y respeto.
INCONGRUENCIAS
Tanto mediante el boca a boca como a través de las redes sociales, me llega el mensaje de que los progenitores (padres y madres lleva más tiempo y espacio) se quejan sobremanera del abuso de los deberes.
La palabra de por sí ya resulta desagradable, invita a la obligación y rechaza la elección; me pregunto si su trayectoria hubiera sido diferente de haberse denominado "derechos" en lugar de "deberes". Los alumnos tienen derecho a repasar lo que han visto en clase, tienen derecho a explicárselo a sus padres, a consultar las dudas, a profundizar y satisfacer su curiosidad, a ejercitarse (hacer ejercicios) y comprobar hasta qué punto han interiorizado lo trabajado durante la jornada escolar.
Los progenitores que se quejan de la cantidad de deberes (actividades de repaso, a partir de ahora) son los mismos que lo primero que dicen a sus hijos para hacerles ver que aprender es un placer inmenso es: "Menganito, vamos a casa (Menganito se encuentra jugando con amiguitos en el parque), que tienes que hacer los deberes".
¿Qué sucedería si ya, de camino al parque, hubiera dicho?: "Tengo mucha curiosidad por que me cuentes lo que has aprendido hoy en cada asignatura; ¿qué te parece si, tras el parque, jugamos a que tú eres el profe y yo el alumno, y me lo enseñas?".
En este sentido apunta una de las más llamativas incongruencias: los primeros que otorgan gran importancia a los deberes son los progenitores.
Cuenta la leyenda que hubo un tiempo en que existía una asignatura tan enriquecedora que no precisaba de deberes tradicionales; con el tiempo se le fue restando importancia hasta que desapareció, se llamaba Filosofía. Desde entonces, las sombras sólo son sombras y los jóvenes no se cuestionan la relación entre el conocimiento y el sentimiento.
Resulta intrigante el hecho de que, a pesar de pasar tantas horas al día en la escuela, una buena cantidad de familias recurran a profesores particulares durante la tarde. Este hecho tan normalizado e integrado en nuestro funcionamiento escolar debería rechinar en la comunidad educativa y hacernos plantear qué elementos deberemos cambiar para que los alumnos, en lugar de estar con profesores durante la mañana y estar con profesores durante la tarde, sólo lo estén cuando es conveniente.
Por otro lado, la cantidad de alumnos considerados ACNEAEs (alumnado con necesidad específica de apoyo educativo) se encuentra en alarmante aumento; la perspectiva que se distingue desde el Departamento de Orientación es bien clara respecto a este tema; es el Sistema Educativo, tan rígido y obsoleto, el que debería ser considerado de necesidad específica de apoyo educativo. El pensamiento divergente, creativo, en definitiva, infantil, choca de forma natural con los pilares de la escuela tradicional.
Las razones anteriores, sumadas a la reiterada queja de los alumnos en cuanto a la desmotivación que les invade, la desidia percibida por el profesorado y la insatisfacción de las familias pone de manifiesto la arrolladora necesidad de un cambio radical en el sistema, el cual debe empezar de forma inminente desde el corazón del proceso enseñanza-aprendizaje, en el aula.
FLIPPORIENTANDO
Mi idea inicial al matricularme en este curso (y arrastrar conmigo a varios de mis compañeros) consistía en familiarizarme lo suficiente con este modelo pedagógico como para poder convencer al indeciso y asesor al decidido; a día de hoy, además de seguir adelante en este sentido, se me ocurre que quizá podría ir más allá y sacarle un mayor partido a todo ello.
Aún debo madurar la idea pero existen infinidad de temas a trabajar a nivel transversal y tutoría a los que se podría sacar mucho partido si se trataran en casa de forma dinámica y motivante, para después tratar con compañeros y profesorado a modo de debate.
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